El grafeno es una red bidimensional de átomos de carbono, cuyo espesor es de un solo átomo. Esos átomos forman redes hexagonales, que forman las moléculas.
Este compuesto fue estudiado por primera vez hace más de medio siglo, llegándose a observar en 1948 unas pocas láminas del mismo con la ayuda de un microscopio electrónico de transmisión (TEM). Ahora, el grafeno ha vuelto a ser estudiado por los físicos Andre Geim y Konstantin Novoselov con la ayuda del TEM. En las imágenes obtenidas se puede observar que la red de hexágonos tiene una distancia interatómica de 0,14 nm, lo que viene a decir que en un centímetro entrarían 140 millones de átomos de carbono (pero debido al tamaño de estos solo caben 50 millones en realidad). El grafeno forma parte de las minas de lapiceros, que están hechas de grafito (que son muchas capas de grafeno superpuestas).
El grafeno tiene varias características interesantes como su conductividad eléctrica (a medio camino entre los materiales conductores y semiconductores, esto facilita en gran medida la conducción eléctrica aunque no tanto como en los materiales conductores), así que por este campo puede que sea un posible sucesor al silicio; su gran dureza (este material es más duro que el diamante y dos veces más duro que el acero. Además puede soportar presiones bastante elevadas sin apenas deformarse, de manera similar a lo que sucede con los nanotubos (que no son más que hojas enrolladas de grafeno); por ejemplo, se puede colocar una hoja de oro, material mucho más pesado que el carbono que compone el grafeno, sobre una hoja de grafeno sin que esta sufra deformaciones). Por el contrario a esto, el grafito se rompe con mucha facilidad (sorprendente considerado lo explicado). Esto se debe a que en el grafito las moléculas de grafeno se hayan unidas por fuerzas bastante más débiles que los enlaces covalentes que unen a los átomos de carbono.
En resumidas cuentas, el grafeno es un material bastante prometedor para el futuro, abre nuevos campos de investigación para los físicos y es posible que se pueda implementar en nuevas tecnologías que den lugar a nuevos dispositivos y que, a largo plazo, tal vez cambie la forma de entender la física de los materiales.
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